Collection: Gitana del Mar

La Gitana del Mar

En 1989, nuestra familia llegó a vivir a las costas del océano Pacífico, específicamente a Dominicalito, la playa en donde las montañas y el océano te abrazan.
Hubo una transformación en la forma de alimentarnos: empezamos a consumir pescado, de forma regular y, coco, todos los días; fue fácil enamorarse del fruto de las palmeras.
Más adelante, aprendimos a procesar el tesoro que encontramos para transformarlo en una gran variedad de productos. Fue así, como empezaron a desaparecer artículos de belleza y de cuido personal que regularmente utilizábamos: las fórmulas cargadas de químicos no tuvieron chance ante las propiedades de aquellas mercancías que nosotros mismos fabricábamos.
Empezamos a compartir con nuestros vecinos la maravilla que teníamos entre manos.
Un californiano que llegó a nuestras costas, encontró las olas que buscaba, pero también encontró rocas coralinas que lastimaron su cuerpo. No sabemos quién le recomendó buscar nuestro «remedo milagroso», lo cierto es que llegó a nuestra casa y con solo verlo, supimos qué andaba buscando.
Dos días después, ya se le veía de nuevo con su tabla de surf y, en su rostro, ya no existía el gesto de dolor. Cuando le preguntaban que quién lo sanó, respondía que había sido la señora que vive en la playa, la que pasa sonriendo y cantando todo el día; la gitana, aclaraba, la Gitana del Mar.
Desde entonces, decidimos seguir trabajando para que usted pueda beneficiarse de un súper alimento, de un producto que empezamos llamando aceite de coco, pero que con el tiempo reclamó un nuevo nombre: la leche de la madre tierra.

The Gypsy of the Sea

In 1989, our family came to live on the shores of the Pacific Ocean, specifically Dominicalito, the beach where the mountains and the ocean hug you.

There was a transformation in the way we eat: we started consuming fish, on a regular basis and, coconut, every day; It was easy to fall in love with the fruit of the palm trees.

Later, we learned how to process the treasure we found to transform it into a wide variety of products. That is how beauty and personal care items that we regularly used began to disappear: the chemical-laden formulas had no chance in the face of the properties of those goods that we manufactured ourselves.

We began to share with our neighbors the wonder that we had in our hands.

A Californian who came to our shores, found the waves he was looking for, but he also found coral rocks that hurt his body. We do not know who recommended him to look for our "miraculous cure ", the truth is that he came to our house and just by seeing him, we knew what he was looking for.

Two days later, he was already seen again with his surfboard and, on his face, there was no longer the gesture of pain. When asked who healed him, he replied that it had been the lady who lives on the beach, the one who spends her days smiling and singing; the gypsy, clarified, the Gypsy of the Sea.

Since then, we decided to continue working so that you can benefit from a super food, a product that we started by calling coconut oil, but which eventually claimed a new name: mother earth's milk.